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La custodia de un hijo es un asunto que suele generar conflictos entre los padres, especialmente después de un divorcio. Cuando ambos padres luchan por la custodia, esto puede tener un impacto negativo en el desarrollo del niño. En este contexto, se considera que la reconciliación pacífica entre los padres es la mejor opción para la tenencia de sus hijos. Sin embargo, si esto no es posible, un juez tomará la decisión siguiendo ciertos criterios legales, que explicaremos a continuación.

La ley establece que tanto el padre como la madre tienen la obligación legal de cumplir con su responsabilidad parental en el cuidado y el bienestar del niño, independientemente de quién tenga la custodia. Esto se encuentra contemplado en el artículo 23 de la Ley 1098 de 2006, que establece que los padres deben asumir de manera permanente y solidaria la custodia de sus hijos para garantizar su desarrollo integral. Esta obligación se extiende a aquellos que conviven con los niños en entornos familiares, sociales o institucionales, así como a sus representantes legales.

En el proceso de determinar quién obtendrá la custodia del hijo, el juez considerará quién de los dos padres puede proporcionar un ambiente adecuado para el desarrollo integral del niño. Uno de los aspectos clave que se evalúa es el tiempo que cada padre puede dedicar al cuidado del hijo.

La opinión del menor también es un factor crucial que el juez toma en cuenta al decidir la custodia. El juez escuchará la opinión del niño sobre con quién prefiere vivir, sin que esto signifique que el otro padre sea excluido de su vida. Es importante destacar que la opinión del menor debe ser libre de manipulación, ya que el juez puede tomar medidas severas contra quien intente influenciarla de manera inapropiada.