El concepto de muerte a temprana edad, no es fácil de entender y más cuando se trata de niños. Explicarle a un infante cuando alguien cercano o su mascota ha muerto, es complejo dado que experimentan la pérdida especial.
Los niños, pueden notar que su perrito, gato u otro tipo de mascota no está y lo asimilan de formas diferentes, los padres optan por darles a entender que se escaparon, se fueron a un lugar mejor o que simplemente han cambiado de sitio. Los expertos manifiestan que a los niños se les debe decir la verdad para evitar posibles confusiones y que tal vez piensen en otros tipos de situaciones que podrían causar mayor dolor.
Lo mejor que pueden hacer los padres, es explicarles que su mascota no va a volver a respirar, a comer, a moverse y que en general no estará más con ellos, pues a la edad de 5 años los niños observan la muerte como un estado reversible guardando la esperanza de que su mascota regresará con ellos.
Es natural que los niños al entender que su mascota a muerto, demuestren tristeza y frustración, esto puede conllevar a que ellos tengan falta de apetito, tengan pesadillas entre otras actitudes que puedan generar secuelas a los menores. Para los padres, es importante comprender el dolor que sienten los hijos y más aún cuando se generan preguntas acerca de su mascota, se debe contestar a las inquietudes que se puedan generar con relación al tema, pero evitando ser frívolos a su vez.
Los expertos recomiendan no reemplazar la mascota fallecida inmediatamente, pues se debe tomar un tiempo para que los niños puedan asimilar y experimentar un tiempo el duelo, así como también procesar poco a poco para cerrar ese ciclo que les afecto, también hay que darles a entender que las mascotas no es algo que se pueda reemplazar fácilmente y que tienen un valor sentimental muy importante, nuestros hijos deben tomar la iniciativa a la hora de querer volver a tener una nueva mascota pero siempre y cuando dejando pasar un tiempo prudente para volverlo hacer.